Foodies, lamentablemente hoy les traigo un chisme.. o más bien una noticia triste:
Otro negocio ha cerrado sus puertas.
Esta vez, el cierre se produjo a tan solo unas cuadras de mi hogar, en la colonia Santa María la Ribera.
Esta colonia ha experimentado un notorio crecimiento en cuanto a la construcción de departamentos y condominios horizontales en los últimos tiempos, gracias a su proximidad con zonas emblemáticas como Polanco, Reforma, Condesa, Juárez y Roma. Además, ofrece precios mucho más accesibles en comparación con estas áreas, lo que la convierte en una opción atractiva para aquellos que desean vivir cerca del corazón de la Ciudad de México sin pagar una fortuna.
Foto: Alcaldía Cuauhtémoc
No es de extrañar que la zona esté atrayendo cada vez más el interés del turismo extranjero, ávido por explorar más allá de las ya conocidas Condesa y Roma.
Este auge en el desarrollo urbano ha sido acompañado por un florecimiento de propuestas gastronómicas, desde restaurantes gourmet hasta acogedoras cafeterías y más. Como residente de la zona durante los últimos 5 años, he sido testigo de la apertura y el cierre de numerosos negocios.
Recuerdo claramente el día en que descubrí un local prometedor a unas cuadras del Kiosko Morisco, en la esquina de las calles Díaz Mirón y Nogal. Situado en la planta baja de un edificio de departamentos, el lugar parecía tener un potencial increíble desde el primer momento que lo vi.
Pasaron meses antes de que las puertas se abrieran y durante ese tiempo pude observar cómo se llevaban a cabo trabajos de remodelación. La espera valió la pena cuando, hace aproximadamente 8 meses, Carlota Café finalmente abrió sus puertas.
Para aquellos interesados en conocer más sobre su propuesta, les invito a leer mi reseña completa en el siguiente enlace: Enlace a la reseña de Carlota Café.
Y justo ayer caminando por la zona me entristeció ver que el establecimiento ha cerrado sus puertas. La incertidumbre que rodea a la industria gastronómica en estos tiempos difíciles es palpable, y me duele ver que otro negocio no pudo resistir los desafíos que enfrentamos pero que también tuvo factores que pudieron haber remediado y que por falta de experiencia y conocimiento operativo fueron llevados a su cierre total.
¿Qué les sucedió?
Foodies, permítanme compartir mi análisis sobre algunos aspectos en los que considero este establecimiento no tuvo una correcta gestión.
El Tiempo de Apertura:
Recuerdo claramente el inicio de las remodelaciones justo después de la pandemia, en un momento en el que la normalidad aún se encontraba lejos.
Inversión mal ejecutada: El negocio puso una hermosa tarima de madera en la calle, pero me parece que no obtuvo los permisos necesarios o autorización de los vecinos y la tarima fue retirada a solo unos días de instalada, lo que presentó un golpe financiero innecesario.
El retraso en el proyecto, que se prolongó por meses, seguramente afectó el flujo de inversión y dejó a los propietarios con poco capital para lo esencial: la operación del negocio y falta de productos básicos para elaboración de menús y platillos. Negando la existencia de platillos de su menú o comprando caro en el supermercado.
Promoción y Marketing:
La apertura fue acompañada de música de jazz y saxofón algunos días, así como de un evento de inauguración. Prometía mucho, pero no fue promovido constantemente.
Aunque de inicio los horarios de desayuno, comida y cena se establecieron claramente, y las tardes de los jueves, viernes y sábado se amenizaban con música en vivo, unos meses posteriores cambiaron sus horarios y no había forma de saber si abrirían o no.
La falta de presencia en canales digitales hizo que la información fuera inaccesible.
Su instagram no era alimentado con fotos, videos.
Hoy sabemos es muy importante alimentar estos canales digitales para atraer clientes potenciales así como manejar un correcto branding en menús, manteles, uniformes, etc.
Atención al Cliente y Servicio:
La experiencia de servicio dejó mucho que desear a mi visita.
El personal carecía de uniformidad y la atención era lenta. Me parece que quien atendía eran los dueños o encargados sin capacitación correcta. Cuando ofrecí mi apoyo de manera gratuita y revisar su operación recibí una respuesta que parecía sugerir que no necesitaban ayuda y que les iba perfecto. Inclusive sentí una ligera actitud de soberbia, cosa que me sorprendió pues el negocio estaba claramente en apuros.
Menú y Precios:
El costo de los productos estaba desalineado con la calidad ofrecida y los precios de la zona. Pagué un 30% de precio por un desayuno que incluía un café americano que dejaba mucho que desear en sabor (parecía instantaneo), y unos chilaquiles que, aunque deliciosos, no justificaban el precio.
La comida quería probarla pero preferí invertir mi dinero en otra experiencia gastronómica más balanceada en la colonia.
Publicidad de Boca en Boca:
La investigación previa a mi visita revelaba comentarios negativos sobre retrasos en los platillos y mal servicio según Google Business. Además, las opiniones de conocidos y vecinos cercanos me confirmaron mis temores.
Aun así decidí probar para verificar con NandezFood si valía la pena o no.
En resumen, tanto las críticas en línea como las experiencias personales coincidieron en señalar deficiencias en el servicio y la calidad de los productos.
También me ofrecí en colaborar a la marca pero no lo tomaron en cuenta.
¡Y vaya que sí lo necesitaba!
Sin duda me entristece que un negocio tan bonito haya tenido que cerrar.
Recordemos la importancia de respaldar a nuestros negocios locales, pero también sirve como llamado de atención para que los establecimientos de comida se esfuercen por mejorar en todos los aspectos, desde la atención al cliente hasta la calidad de los productos ofrecidos y si no conseguir a especialistas que puedan apoyar a nuestra mejora continua.
Espero que pronto veamos un nuevo emprendimiento en esta esquina, brindando nuevas y emocionantes experiencias culinarias y momentos memorables para todos los amantes de la buena comida.
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